Empecé redactando una filípica contra el "helicopterismo" pero he decidido dar otro enfoque que sea comprensible para una generación que no va a perder cinco segundos de su valioso tiempo en teclear "filípica" para que la R.A.E. le informe de que es "una invectiva, censura acre", sinónimo de "diatriba y de catilinaria". Citar a Demóstenes y Cicerón sería colmar vuestra paciencia que se agota en un par de tweets. Por eso voy a ser tan didáctico como con mis alumnos de 4 y 5 años:
1. ¿Qué es ser papá helicóptero?: es un progenitor que decide supervisar y entrometerse en cuanto le sucede a su hijo. Ya que le ha comprado las más caras ropitas y juguetes no va a consentir que su hijo sencillamente disfrute, experimente y se socialice en el parque. Se empeña en jugar con él en vez de que juegue de forma espontánea y afronte los conflictos normales. Esa sobreprotección tan grotesca no impide que ya en casa el niño sea aparcado delante de las pantallas mientras sus papás trocan su papel de diligentes vigilantes en la calle por el de negligentes e indolentes en el espacio doméstico. Es tremendo, porque así a su hijo limpito y a la moda se le están quemando los circuitos mentales con el ruido audiovisual que ha sido concienzudamente diseñado por los mejores expertos para convertirlos en consumidores acríticos y pasivos. No exagero: los niños Mayoral y Benetton nacidos en el XX ahora han crecido (que no madurado) y son los ejecutivos de Uber y Cabify que explotan a sus trabajadores y asumen multas que no llegan a la décima parte de sus beneficios. Es un ejemplo de cómo la ausencia de una formación ética en la infancia tiene como consecuencia una actitud egoísta en una adolescencia eterna.
2. ¿Por qué se os llama helicópteros? Lo más llamativo de un helicóptero es el estruendo que hace: ni siquiera su piloto lo soporta y por eso se pone cascos especiales. Son dos defectos graves: la sordera individual y el ruido que generamos alrededor con nuestra charlas irresponsables cargadas de soberbia que antes eran en el corrillo de la acera del cole pero que ahora, gracias a las redes sociales, se multiplica en exageraciones tipo Forocoches y son accesibles 24 horas al día: "una mentira mil veces repetida se convierte en verdad".
3. ¿Qué tiene de malo ser helicóptero? Te dejo un enlace porque sé que te mola ¿verdad? aunque no es de Tiktok, sino un texto desnudo de menos de 300 palabras, ánimo: La lección de la mariposa.
Antiguamente a los niños consentidos y cargantes se les deseaba que fueran a la mili porque allí espabilarían lejos de las faldas de mamá. En realidad hubo muchos que en la puta mili acabaron probando muchas drogas, consolidando su alcoholismo en la cantina del cuartel o desarrollando sus estrategias de escaqueo.
Todo niño necesita calma, ternura e ir afrontando retos. El adulto-helicóptero le contagia de estrés para que sea el más listo del mundo, le abraza y dice cariño justo cuando el niño ha metido la pata y procura para su hijo una entorno artificial de riesgo-cero. Un niño que no se arriesga a saltar, correr y caerse es muy fácil que se rompa un brazo incluso cayendo de la cama; un adolescente que no ha desarrollado su asertividad es carne de cañón para los traficantes de droga. Un joven que no ha afrontado la frustración es capaz de suicidarse por un desengaño amoroso, por unas malas notas o porque su imagen no es perfecta como la de la influencer de turno, que a su vez caen como moscas, juguetes rotos. Supongo que ya entre los padres y madres actuales hay este perfil de hijos de papás consentidores que les dieron todo lo que ellos no habían tenido y por eso os creéis el ombligo del mundo y miráis con desprecio a los maestros que os informan de que vuestro hijo no es perfecto, cuando sabéis que son vuestro propio reflejo.
4. ¿En qué afecta al colegio eso de ser helicóptero? A todos nos perjudican los niños y mayores consentidos: en el tráfico cuando no respetan las normas, en el restaurante con sus gritos y hasta en el Parlamento cuando se comportan como niños malcriados. Pero en los centros educativos los niños se pasan siete horas cada día:
– el niño que no se hace cargo de su ropa ni de su comida porque sus papás se ocupan de todo, hasta de limpiarles el culo más allá de los cinco años,
– el que se empeña en ser el primero de la fila a base de empujones porque sus mamás le dicen que se lo merece todo porque es el más guapo y el más listo del mundo mundial,
– el que no escucha en absoluto ni respeta el turno de palabra porque se ha acostumbrado a que le digan mil veces las cosas y que los adultos detengan su conversación si el rey de la casa se tira un pedete o monta un pollo.
5. ¿Y cómo no me lo ha dicho eso antes la tutora de mi niño? Hay demasiados papás-helicópteros, pero no son todos los de esta generación: aún subsisten adultos con sentido común en la educación de sus hijos. De igual manera, hay demasiad@s maestr@s que pasan de enfrentarse a las familias (saben que la Inspección les aplaude) y se limitan a explicar y ayudar a sus alumnos a rellenar las fichas en dos idiomas. Como en la aldea gala de Astérix, algunos aún nos empeñamos en ser educadores con errores y defectos y por eso denuncio aquí el daño que los papás/mamás-helicóptero estáis haciendo al futuro de vuestros hijos y a la convivencia social. Entre el autoritarismo obsoleto y la permisividad líquida, hay un Justo Medio donde reside la virtud, como dijeron un par de influencer de hace dos milenios: Aristóteles y Confucio).
Sentido común
No hay comentarios:
Publicar un comentario