domingo, 26 de enero de 2025

TOMAR EL RELEVO DE MUJICA

"YO, PEPE MUJICA
Os lo cuento.
Fui guerrero tupamaro, agricultor y político.
Pero estoy cansado
sin dejar de ser lo que fui.
Sobre todo, guerrero.
Y ahora me estoy muriendo
y también el guerrero tiene derecho
a su descanso, el que impone el tumor
que me invade.
Todos los caminos de mi tierra llevan
a mi corazón, y sé distinguir
lo que es pasajero de lo que es definitivo.
Fui yo quien eligió este camino
y no protesto por llegar hasta aquí,
con 89 años.

Pero necesito silencio.
El silencio es manantial de vientos
que se llevan los ecos de la vida,
los cuchillos hostiles,
los dientes, alfileres y ataúdes,
los desgarros de mil escalofríos,
torbellino de llantos y de lutos.

Dejadme en el silencio
de mis higueras y manzanos umbríos,
de la lengua que resiste las palabras
que hieren por la espalda,
de las orillas que besan los crepúsculos
lamidos por las olas.

Devolvedme el silencio,
que quiero curar la herida
que me dejó en el alma
el dolor de las selvas arrasadas,
de los bosques de cemento plantados,
de la pobreza insuperable,
de la justicia no ejercida,
de las libertades quebrantadas.

Devolvedme el silencio,
que quiero volver a mis verduras,
mientras tranquilo,
y esperando la paz inevitable,
medito sobre la hermosura de la vida,
sobre cuánto caí y cuánto me levanté,
los buenos amigos que me acompañaron
y también bailaron conmigo.

Devolvedme la paz
y no me pidáis más palabras.
Necesito el milagro
de los labios cerrados,
de las bocas mudas,
de las tibias sombras,
de los latidos ausentes.

Guerrero soy y seguiré luchando,
sin tregua, jamás derrotado.
La vida siempre es porvenir.
la vida me persigue
aunque me esté muriendo.

¡Cuánto de vida hay en la muerte!
¡Cuánto de más allá en la vida!"

Pepe Mujica ya se despidió de todos nosotros. El Guerrero quiere descansar y sabe que es cuestión de días que el cáncer colapse su cuerpo de 89 años. No quiere más entrevistas ni visitas porque lo que tenía que decir lo dejó muy claro: "Ahora les toca ustedes, los jóvenes, seguir luchando por la Justicia".

Él apuesta por una larguísima carrera de relevos: heredó el testimonio de grandes pensadores y políticos y a lo largo de ocho décadas lo que aprendió lo puso en práctica como buenamente supo y en la medida que le dejaron.

La metáfora de la carrera de relevos no es la más acertada porque sugiere un solo individuo cada vez, mientras que la lucha por la justicia es imposible sin una labor colectiva en un esfuerzo simultáneo. Mejor la imagen de una trainera donde el patrón marca la secuencia de los remeros y les anima a pesar de las olas, vientos y adversarios. La trainera es una frágil y liviana embarcación de doce metros de eslora con catorce tripulantes, diminuta en comparación ante un crucero o un portaaviones. Pero todos tenemos en la retina a las zodiac de Greenpeace incordiando los balleneros japoneses o al barco de Jacques Cousteau, el Calypso (1951-1996) empeñado en defender los mares de saqueos y violaciones. Una noticia esperanzadora es que desde 2016 vuelve a surcar los océanos.

Estamos en 2025 y ya no viven los héroes que admiramos de jóvenes pero sí están los malvados dispuestos a convertir el mundo en un infierno profundizando aún más en las injusticias de siempre: el hambre, las guerras, la especulación financiera, la explotación del trabajador. Pero ahora cuentan con armas mucho más sofisticadas: el mercado global que comercia hasta con el agua y los alimentos básicos; la alta tecnología militar cada vez más cara; los fondos de inversión BlackRock y Vanguard que mueven más capital que muchos países; la inflación perfectamente manipulada para que el trabajador vuelva a la precariedad de no poder pagarse un techo digno aunque viva en el "jardín de Occidente", de USA o Europa (dixit Burrell).

Ante esta gigantesca montaña de mierda que es el Sistema Neoliberal aderezado por la contaminación global y recalentados por el cambio climático, al pueblo se nos aconseja y anima a someternos a esas Reglas y conformarnos con salvar nuestro culito de forma individual: "el que pueda, que haga" (Aznar). Se traduce en fomentar el hedonismo más burdo, el consumismo según la moda dictada por influencers que previamente han sido seleccionados por los dueños de internet.

Pero justo en el borde de ese estercolero, en un trocito de pradera se erige la chacra de Pepe Mujica, como la aldea de los irreductibles galos frente al Imperio Romano. Afortunadamente no está solo, somos millones los que aún no nos sometemos al "señorito, ni a sus capataces" (multinacionales, ejecutivos y politicastros). La fuerza colectiva puede lograr cambios sustanciales que, sumados todos, cambiarían el curso de la Historia.

Silvio Rodríguez en homenaje a Mujica

¿Todavía queda alguien que cree que no le va afectar la ola de Ultraderecha mundial, que esos líderes sólo son grotescos y no sumamente peligrosos para todos? Porque detrás están las grandes corporaciones que han decidido terminar con los derechos básicos de la Humanidad, para lograr beneficios casi infinitos. Si no nos movilizamos, pronto será tarde para arrepentirnos por habernos quedado "Tranquilo, majete, en tu sillón". Nos lo advertían Celtas Cortos en 1993. 32 años después, esos problemas sólo se han agravado pero tenemos otros nuevos y peores.

Qué menos que levantar BARRICADAS éticas y activas en nuestros pequeños espacios de responsabilidad: el trabajo, el barrio, las decisiones de consumo… Frente a la Telaraña de Internet, un Tejido Social de apoyo mutuo. Defendamos nuestra Dignidad, volvamos al 2010 con ¡INDIGNAOS! de Stéphane Hessel (1917-2013): tiene mucho valor las experiencias, compromiso y reflexiones de un centenario, por más Ruido que hagan los "modernos, posmodernos y el pensamiento líquido (el lixivado de una sociedad occidental que se va pudriendo)".

Sentido común